(Esto es muuuuy largo, así que ya están advertideees
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Sí, así tal cual usted lee en el título, DEJÉ LA UNIVERSIDAD.
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Sí, así tal cual usted lee en el título, DEJÉ LA UNIVERSIDAD.
Chao Tecnología Médica. Chao mención Oftalmología y Optometría. Chao Universidad de Chile.
Las razones por las que dejé la u son un montón y podría pasarme mucho rato diciendo todas las cosas que me llevaron a colapsar, porque sí, COLAPSÉ.
Cuando llegué a matricularme a la Facultad de Medicina el 2015, llegué llena de sueños y aspiraciones, ganas de mejorar el sistema público de salud, ganas de servir a la población, de aprender, de ser útil para el país y toda la cosa que la mayoría de los estudiantes del área de la salud quiere lograr.
Quizás elegí mal la universidad, quizás no estaba lista para dejar mi pueblo sureño, quizás fue la cagá que me quedó en la vida durante el 2018... No sé, pero sé que no es mi culpa al 100%
La Universidad de Chile se jacta de ser la mejor universidad del país, con su millón de publicaciones y sus vacas sagradas que juran que la educación de antes sigue siendo útil para las generaciones actuales y no po, no es así.
Y entonces, un día lunes de diciembre, me encontraba llorando desesperada mientras llamaba a mi mamá diciéndole que ya no podía más, mientras tipeaba un trabajo para la mención. Eso, ahora, no me parece sano y recién me doy cuenta de toda la presión psicológica por la que pasé.
En la u habían profes muy bacanes que de verdad se la jugaban por mejorar sus técnicas de enseñanza, pero la mayoría te juzgaba porque algo te costaba más o porque a veces no pudieras responder una pregunta de un caso clínico, aunque estudiaras y te supieras prácticamente toda la clase de memoria.
No podría contar cuantas veces me sentí disminuida cuando no sabía una respuesta y la buscaba en mis interminables notas y el profe nos miraba y decía que no entendía cómo habíamos quedado en tan prestigiosa universidad, que los alumnos entraban cada vez más malos, que prácticamente no merecíamos estar ahí.
Tampoco podría contar cuantas veces me sentí mal cuando me tomaba un fin de semana para hacer algo que me gustaba y no estudiar. En verdad, muchas veces sentí que no merecía tiempo libre. Dejé de hacer muchas cosas que amaba: tocar guitarra, escribir, tomar fotos, etc. ¿Y por qué? Soy un ser humano que merece distraerse, ¿Por qué me sentí culpable por distraerme?
Menos podría recordar todas las horas que no dormí porque a veces el tiempo no me alcanzaba. Yo trabajaba, estudiaba, me mantenía sola en Santiago (no me quejo, yo lo elegí). Sacrifiqué un montón de cosas y aún así no estaba a la altura de la competencia de mi carrera. ¿Competencia? Sí, y una muy brutal, constante y agotadora.
No fui a muchas clases porque no aprendía. Iba a sentarme horas en una silla de una sala gigante a escuchar a un profe que decía la mitad de la materia y lo que se le pegaba la gana decir, lo hacía monótonamente, hacía un power point con colores horribles y se dignaba a decir varias veces "esto lo deberían saber".
Me aburrí. Me aburrí de no aprender, porque pa mi estudiar era sentarme frente a un montón de fotocopias y la clase terrible y la grabación de la clase y un cuaderno y tratar de absorber la mayor cantidad de materia posible que se me olvidaba apenas salía de la evaluación; pero de real aprendizaje, nada. Me aburrí de que los profes me humillaran (no directamente, pero sé que muchos, muchas y muches compas se sentían mal con los comentarios de los profes). Me aburrí de que nada parecía cambiar con la ridícula encuesta docente que DEBÍAMOS completar a final de semestre donde dejábamos nuestras quejas sobre profesores y ramos y nada cambiaba al año siguiente. Me aburrí de querer morirme tantas veces, porque sí mis querides, mi autoestima bajó tanto, me sentí tan nada, tan basura, tan inútil, tan estúpida, que pensé en matarme varias veces, total ¿Quién iba a extrañar a una alumna cualquiera de la Facultad de Medicina de la gloriosa Universidad de Chile? Pensé en mi mamá, en mi perro, en mis tíos, en mi hermana, en todas las cosas que me quedaban pendientes y me di ánimos para seguir viviendo.
Me aburrí querides. Por eso me fui. Porque me aburrí de desplazarme a mi en esta única vida que tengo.
Y me fui a perseguir un sueño, algo que descubrí que era mi pasión. Aún no puedo decir qué es (aunque mis más cercanes saben...) pero sé que seré feliz, porque por primera vez siento que estoy haciendo lo correcto.
Lo único que puedo decir, my bbys, es que nunca jamás, desplacen su salud mental por nada del mundo. Ustedes están primero en sus vidas y son lo más importante en ella. Nunca lo olviden.
Mucho amor para ustedes, siempre.
Kony
Quizás elegí mal la universidad, quizás no estaba lista para dejar mi pueblo sureño, quizás fue la cagá que me quedó en la vida durante el 2018... No sé, pero sé que no es mi culpa al 100%
La Universidad de Chile se jacta de ser la mejor universidad del país, con su millón de publicaciones y sus vacas sagradas que juran que la educación de antes sigue siendo útil para las generaciones actuales y no po, no es así.
Y entonces, un día lunes de diciembre, me encontraba llorando desesperada mientras llamaba a mi mamá diciéndole que ya no podía más, mientras tipeaba un trabajo para la mención. Eso, ahora, no me parece sano y recién me doy cuenta de toda la presión psicológica por la que pasé.
En la u habían profes muy bacanes que de verdad se la jugaban por mejorar sus técnicas de enseñanza, pero la mayoría te juzgaba porque algo te costaba más o porque a veces no pudieras responder una pregunta de un caso clínico, aunque estudiaras y te supieras prácticamente toda la clase de memoria.
No podría contar cuantas veces me sentí disminuida cuando no sabía una respuesta y la buscaba en mis interminables notas y el profe nos miraba y decía que no entendía cómo habíamos quedado en tan prestigiosa universidad, que los alumnos entraban cada vez más malos, que prácticamente no merecíamos estar ahí.
Tampoco podría contar cuantas veces me sentí mal cuando me tomaba un fin de semana para hacer algo que me gustaba y no estudiar. En verdad, muchas veces sentí que no merecía tiempo libre. Dejé de hacer muchas cosas que amaba: tocar guitarra, escribir, tomar fotos, etc. ¿Y por qué? Soy un ser humano que merece distraerse, ¿Por qué me sentí culpable por distraerme?
Menos podría recordar todas las horas que no dormí porque a veces el tiempo no me alcanzaba. Yo trabajaba, estudiaba, me mantenía sola en Santiago (no me quejo, yo lo elegí). Sacrifiqué un montón de cosas y aún así no estaba a la altura de la competencia de mi carrera. ¿Competencia? Sí, y una muy brutal, constante y agotadora.
No fui a muchas clases porque no aprendía. Iba a sentarme horas en una silla de una sala gigante a escuchar a un profe que decía la mitad de la materia y lo que se le pegaba la gana decir, lo hacía monótonamente, hacía un power point con colores horribles y se dignaba a decir varias veces "esto lo deberían saber".
Me aburrí. Me aburrí de no aprender, porque pa mi estudiar era sentarme frente a un montón de fotocopias y la clase terrible y la grabación de la clase y un cuaderno y tratar de absorber la mayor cantidad de materia posible que se me olvidaba apenas salía de la evaluación; pero de real aprendizaje, nada. Me aburrí de que los profes me humillaran (no directamente, pero sé que muchos, muchas y muches compas se sentían mal con los comentarios de los profes). Me aburrí de que nada parecía cambiar con la ridícula encuesta docente que DEBÍAMOS completar a final de semestre donde dejábamos nuestras quejas sobre profesores y ramos y nada cambiaba al año siguiente. Me aburrí de querer morirme tantas veces, porque sí mis querides, mi autoestima bajó tanto, me sentí tan nada, tan basura, tan inútil, tan estúpida, que pensé en matarme varias veces, total ¿Quién iba a extrañar a una alumna cualquiera de la Facultad de Medicina de la gloriosa Universidad de Chile? Pensé en mi mamá, en mi perro, en mis tíos, en mi hermana, en todas las cosas que me quedaban pendientes y me di ánimos para seguir viviendo.
Me aburrí querides. Por eso me fui. Porque me aburrí de desplazarme a mi en esta única vida que tengo.
Y me fui a perseguir un sueño, algo que descubrí que era mi pasión. Aún no puedo decir qué es (aunque mis más cercanes saben...) pero sé que seré feliz, porque por primera vez siento que estoy haciendo lo correcto.
Lo único que puedo decir, my bbys, es que nunca jamás, desplacen su salud mental por nada del mundo. Ustedes están primero en sus vidas y son lo más importante en ella. Nunca lo olviden.
Mucho amor para ustedes, siempre.
Kony
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